El día lunes 20 de julio, el frente de nuestra Facultad –en proceso de restauración–, fue vandalizado.

Desde hace varios meses nuestra comunidad educativa está haciendo grandes esfuerzos por recuperar un edificio de gran valor histórico en el que día a día estudiantes, docentes, no docentes e investigadores/as desarrollamos nuestras actividades.

Este proceso de recuperación implica el trabajo de profesionales pertenecientes a diferentes disciplinas quienes, con esfuerzo y compromiso, están logrando, no solo restituirle su valor histórico patrimonial sino además resolver deficiencias estructurales que en muchos casos obstaculizaban el desarrollo de la labor educativa.

Por todo esto, y a pesar de que el daño infligido a nuestra fachada pueda ser considerado “menor”, queremos dejar constancia de nuestro rechazo y repudio a este tipo de prácticas que, más allá de la justicia de los reclamos que puedan encarnar, atentan al corazón mismo de lo público, de aquello que es de todos y que por lo tanto debiera cuidarse con el mayor de los celos.

Estamos orgullosos/as de la Facultad que estamos reconstruyendo desde lo edilicio y muy agradecidos por todos/as aquellos/as que nos acompañan desde el inicio mismo de este complejo proceso de remodelación.

Por todo esto, es necesario pensar y diseñar un protocolo que sea debatido por el Consejo Directivo para instalar una pedagogía del respeto hacia la preservación del edificio, que organice los usos del espacio, que contenga criterios de sustentabilidad, ambiente, garantice la participación de nuestra comunidad y propicie una cultura democrática. De esta manera vamos a ganar en institucionalidad, en convivencia democrática y en fortalecimiento de lo público. Invitamos a todos a sumarse al debate de la facultad que queremos y en la que nos merecemos trabajar y estudiar.

En definitiva, haremos de lo común el espacio de todos, todas y todes.